Juan Luis Hurtado y Mago More |
Para celebrar este décimo aniversario que mejor que publicar
algunas de las anécdotas que nos han pasado en las Giras y actuaciones. A lo
largo ancho de las próximas semanas, los protagonistas de Cómicos nos contarán algunas
de ellas. Han sido miles de kilómetros de carretera, de aplausos, de
carcajadas, de buen rollo y también de
alguna tensión, pero lo más importante de todos es que hemos hecho muchos
amigos. Como homenaje a todos los que nos habéis acompañado durante estos años,
os contaremos algunas de las cosas que nos han pasado para que os echéis unas
risas con las cosas que nos han pasado.
Como no podía ser de otra manera, empezamos con el Gran Mago
More, uno de los creadores del espectáculo, con Juan Luis Hurtado (Roper,
dependiendo de la zona que llames) y con Guillermo Felices, uno de los Road
Manager del espectáculo.
José Luis Izquierdo
(Mago More) ¡Ahaaaaa! ¡Qué cabrón¡
Podría contar miles, la del día que Joan Domínguez paró el
espectáculo para reprimirnos porque la conversación que manteníamos otros
cómicos mientras esperábamos nuestro turno le distraía o aquella en la que mi hijo Dani, cuando
apenas tenía un año, se escapó de los
brazos de mi mujer, Rosalía, que estaba
viendo la actuación desde bambalinas y apareció gateando en el escenario
mientras estaba actuando sin que yo advirtiese su presencia, pero
si el público, que estalló en una
carcajada que yo no entendía. Hay muchas, pero
hay una que me gusta mucho. Cuando empezamos con el espectáculo, la
gente no tenía muy claro lo que eran los monólogos, la Stand up Comedy. Era un
formato bastante novedoso hasta que el Club de la Comedia se popularizó. Creían
que lo que hacíamos era contar chistes y la gente se quedaba un poco
desconcertada y, nosotros, también.
Para solventarlo. Hicimos un pequeño cambio en el espectáculo. Algo sencillo. El presentador
explicaba al inicio en qué consistía la Stand Up Comedy con varios ejemplos y
normas para que se entendiese el concepto y la dinámica. La idea funcionó y el espectáculo de esta
manera ganaba en frescura y energía provocando las primeras carcajadas. Así que
lo que en principio nos pareció un problema se convirtió en una oportunidad de
mejora. Pero mejor explicarlo con un video en el que se desvela el porqué del título de esta anécdota.
Mago More
Juan Luis Hurtado
(Roper) Un viaje surrealista
Mañana esplendida en Elche, Me levanto, desayuno, café y
cigarrillo por supuesto, lo de los infartos llego después. Parto desde la
estación de tren hacia Alicante donde debo de encontrarme con Sergio Olalla,
gran cómico y mejor persona, pero cuyos ritmos vitales caminan un segundo más
lento que el resto de la humanidad, incluida Canarias; y con Goyo Jiménez…que
quizá hubiera sido de ayuda si no fuera porque desgraciadamente venia de
Albacete donde había estado en un seminario de “Poesía Quántica” o alguna ostia
similar.
El encargado de conseguir el coche de alquiler y de
conducirlo era Sergio. Sabíamos que podía pasar cualquier cosa, pero
desgraciadamente era el único que tenía carné de conducir. La ruta como siempre
la decidiríamos sobre la marcha, afortunadamente esta vez sabíamos dónde
íbamos, Huesca. Salimos de Alicante con las ventanillas abiertas para oler el
perfume del mar y luego las cerramos porque hacía frío…Cogimos la salida
correcta, enfilamos la A-7, pasamos el primer peaje sin problemas e incluso
Sergio y yo propusimos cantar algo, más que nada para que Goyo dejara de
hablar, pero hasta a él le pareció buena idea.
Todo marchaba bien hasta que surgió uno de los momentos más
importantes cuando vas en ruta; había que echar combustible. Nuestra primera
decisión importante: ¿diésel o gasolina? Ante la duda…decidimos que pararíamos
a comer en Cambrils, en una arrocería muy buena. Y cometimos el error de dejar
todo en manos de Sergio, al fin y al cabo él había utilizado el coche el día
anterior…que podía pasar. “Llene el deposito por favor”; “¿Diésel o gasolina?”
“Un momento…anoche soñé con diésel así que tiene que ser diésel”.
Una meada en grupo y continuamos camino. A los 7 u 8 Km.
comienzan a sonar unos ruidos extraños y no parecían provenir de ninguno de los
tres si no del coche; hasta que de pronto pareció como que algo no le había
sentado bien y se paró. Nos miramos, miramos el coche, miramos el paisaje e
hicimos todo lo que sabíamos, cambiamos una rueda del coche al azar y tratamos
de encontrar la junta de la culata y la tapa del delco. Nada… decidimos llamar
a la compañía por teléfono y Goyo estuvo 45 minutos hablando con el contestador
automático de Atesa. Al final un radioaficionado de la zona, contacto con
nosotros y le dimos nuestra latitud y longitud a ojo. Eran las dos de la tarde,
no teníamos ni idea de si alguien vendría a por nosotros. A las cuatro
seguíamos sin tener noticias de la grúa, Goyo continuaba hablando con el móvil
a pesar de que la batería se había agotado hacía tiempo. Desesperados nos
miramos, sabíamos que si la espera continuaba una hora más alguien debía
sacrificarse para alimentar a los otros. Cuando ya habíamos perdido la esperanza
vimos aparecer a lo lejos lo que parecía ser una grúa con un coche cargado
detrás…cuando saco el intermitente sabíamos que lo peor ya había pasado y nos
abrazamos emocionados. Podríamos llegar a nuestro destino. Paró y bajó el
chofer con un palillo en la boca y una sonrisa: “Joder…estaba aquí al lado, pero como me han llamado a las
dos primero he parado a comer, que tampoco habrá tanta prisa” Y el hijodeputa
se pone a reír, nosotros también, ya sabíamos quién nos iba a solucionar el
problema de la comida.
Cambiamos de coche, enterramos los restos y continuamos viaje
hacia Huesca. Teníamos 4 horas para hacer 600 Km., estábamos dentro de la media
habitual de las giras de Cómicos. A los cien kilómetros surge de nuevo una
duda: ¿vamos por Zaragoza o por Lleida? Para no perder el tiempo en discusiones
decidimos ir por los dos sitios. Suena una llamada y la coge Sergio, lógico,
era el que iba conduciendo. Toño de Bilbao, desesperado porque tenemos doble
función y llevamos 1 hora y media de retraso. ¡Por Dios! Tenemos 200 Km. para
recuperar el tiempo. “Lo que nos preocupa es que no sabemos dónde está el
teatro exactamente y callejeando se pierde mucho tiempo”, “tranquilos” dice-
“de eso me encargo yo”. No lo dudamos…es de Bilbao.
Cuando estamos llegando y parece que todo va a salir
bien…surge mi problema habitual, me estoy meando y a mi edad aunque solo sea
por dignidad hay que pararme en una gasolinera, necesito lavarme las manos
antes, cuestión de higiene. Se puede llegar tarde pero no se puede ser un
guarro, además me tienen que acompañar, últimamente tengo miedo que me
abandonen. Ellos no dicen nada, saben que si me hablan tardo más. Suena de
nuevo el teléfono, Toño, el problema está solucionado; un coche de la policía
local nos está esperando al entrar para escoltarnos hasta el teatro.
Y así, solo con media hora de retraso y con un coche de la
policía haciendo sonar su sirena entramos en Huesca, aparcamos sobre la acera
del teatro, entregamos las llaves al primero que vimos y rápidamente nos
subimos al escenario…Pedimos disculpas por los dos retrasos, el de tiempo y el
mental del equipo que les había tocado esa noche. Pero que quieres que te diga,
al final de toda esta aventura la gente se rió como siempre, 2 horas de risas…
y más de 700 carcajadas por función. Y nosotros aprendimos la lección, Sergio
se dejó el pegamento, Goyo ya no sale de casa sin una brújula digital y yo no
viajo sin la sonda.
P.D. Para los familiares del chaval de la grúa, lo que queda
de su cuerpo está en el Km. 618 de la A7. Dirección Benidorm. Y en el lugar
exacto hay un paquete de LM vacío.
Juan Luis Hurtado
Guillermo Felices (como
felices fiestas) ¡Pues no estamos tan
necesitados!
Guillermo Felices y Mago More |
Se podría decir que durante estos diez años hemos tenido
múltiples anécdotas pero me acuerdo de esta que nos pasó en Irún y que
considero que fue cuando menos surrealista; “Antes de irnos a Irún el 13 de Enero de 2013 a través de la página
web de Leo Harlem se recibió un correo de una chica solicitándonos la
posibilidad de conseguir dos entradas para ver el espectáculo, pues las
entradas estaban agotadas y solo veía esta posibilidad de tenerlas para poder
llevar a su marido el cual había estado un año viviendo solo en USA y los
monólogos de Leo le había hecho mucha compañía. Ni corto ni perezoso contacté
con ella por teléfono para comunicarle que sería un placer invitarla a ella y
su marido a asistir ese día al espectáculo de Leo Harlem y Daniel Delacámara;
ella se deshizo en agradecimientos y nos prometió que nos llevaría un obsequio
ese día al teatro.
Y llegó el día de autos y mientras la gente ocupaba sus
localidades, se acercó una chica a la mesa de control y pregunto si yo era Guillermo,
a lo cual yo le respondí que sí; se presentó y me dio las gracias por la
deferencia y el detalle de las entradas y les invité a acompañarme a ella y su
marido al camerino para conocer a los chicos y hacerse las fotos de rigor.
Mientras íbamos al camerino ella me comentó que nos había traído unos detalles
para los tres y claro, le pregunté a que se dedicaba y me dijo que organizaba
reuniones de TupperSex y vendía a
través de su página web artículos tantos femeninos como masculinos relacionados
con el sexo, yo ya me quedé un poco ojiplático pues empezaba a esperarme algo
curioso como detalle, y no fue para menos. Al llegar al camerino y tras las
presentaciones pertinentes nos sacó de una bolsa 6 objetos, tres eran tres
medios quesos de los cuales dimos cuenta pues estaban deliciosos, pero los
otros tres eran tres huevos masturbadores masculinos conocidos como “Huevo Tenga”, imaginaros las caras de los
tres, pero sobretodo el momento más divertido fue cuando nos argumentó el
regalo: “He pensado que como pasáis muchas noches solos fuera de casa este
objeto os ayudaría a llevar mejor las ausencias”.
A partir de ahí, y si se le dieron uso a los objetos, lo dejo
a vuestra fértil imaginación.
Guillermo Felices
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